TIENE EN SU CESTA DE LA COMPRA
En total 0,00 €
El protagonista de Un perdón para morir, el amante, el hombre herido,ebrio de amor, de pasión y de locura, que con palabras soleadasintenta hacernos cómplices para sus días más oscuros, utiliza a loslectores para que le acompañemos en su propia muerte y le digamos amén por su dolor, por su drama, por existir. Se confiesa como el máspecador de entre todos los seductores de torpe aliño que en el mundohan sido, y que tantas páginas de gloria han aportado a nuestrasletras, y cual tenorio, ante «el trance de abandonar el manantial detodos los mortales», implora su acto de contrición y pide perdón.
No hallará el lector ideas ni sentimientos del creyente que guarda el pecado en el pecho, eterno incensario de la carne del que ha amado mucho y que no sabe curar su herida, herida que es la del fracaso del hombre que, después de gozar del infortunio de haber probado la copadel éxtasis amatorio, su último aliento lo dedica a buscar la «muertecomo herencia de un abandono».